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Continuando con nuestra particular disección de las tarjetas de memoria por excelencia de nuestros Smarphones, sería adecuado diferenciar todas las elecciones del mercado con el fin de saber exactamente qué estamos comprando y, ya de paso, si deberíamos pagar o no ese precio por ellas.
Primero cabe diferenciar una tarjeta SD, una mini SD y una micro SD, que básicamente tienen tamaños diferentes que se adaptan a sus pertinentes dispositivos. Hablamos de una cuestión de compatibilidad, por tanto aquí no es cuestión de elegir cuál es mejor o cuál conviene más, esto es más una obligación: la que nos vale es la que nos vale y punto. Pero aún hay más.
Las tarjetas SD no solo se clasifican por capacidad de memoria, también por su velocidad de acceso. Esto es importante para aquellos impacientes que odien esperar demasiado tiempo a que se pasen grandes cantidades de archivos. Para la alta velocidad se crearon las tarjetas SDHC, que viene a ser la alternativa ideal para conseguir que una SD de gran memoria funcione a mayores velocidades.
Y rizando un poco más el rizo, dentro de estas SDHC, hay que diferenciar otro aspecto más: la clase. Se diferencian entre ellas por números, siendo la clase dos capaz de llegar a velocidades de dos megas por segundo, la clase cuatro, cuatro, y así sucesivamente hasta la clase diez (la máxima). Y es aquí, sobre todo aquí, donde vamos a encontrar mayores diferencias de precio.
Ahora es cuando tienes que reflexionar: comprar una tarjeta muy veloz es caro, mientras que la capacidad de almacenamiento es un extra más barato. Puedes equilibrar la balanza comprando una tarjeta de memoria de bajo almacenaje pero de alta velocidad. Piensa dos veces, porque te va a costar más por ser más veloz y, por ese leve ahorro, se te va a quedar bastante corta en poco tiempo.
Y es aquí, querido lector, donde solo tú puedes aclarar todo este lío…
