Aunque parezca que no están relacionadas, la psicología ha hecho grandes aportaciones al mundo del marketing y la publicidad.
La psicología es una ciencia, y como tal, se basa en estudios empíricos para poder desarrollar sus teorías. Aunque parece que está muy limitada, esto no es así, ya que esta ciencia tiene un gran campo de estudio, entre los cuales podemos encontrar la rama de la psicología publicitaria y del marketing, la cual se encarga de estudiar las características y efectos que puede causar la publicidad en el consumidor final de un producto o servicio.
El papel del profesional de la psicología
Toda ciencia tiene un experto en la materia asociado que se convierte en una pieza esencial para el desarrollo de su trabajo.
El trabajo del psicólogo es un punto clave en el análisis de las distintas sociedades, su comportamiento y la relación que existe entre ellas. Esto permite ver cuáles son sus gustos, maneras de pensar, de vivir, sus valores, etc. Conociendo esto, puede ayudar a la publicidad y al marketing a interpretar las decisiones que toman los consumidores, diseñar las estrategias de mercado enfocadas al producto o servicio, atraer a los consumidores a dichos productos o servicios, y satisfacer las necesidades de forma adecuada. De igual manera, este profesional también puede ayudar a “crear” una necesidad en el consumidor con el objetivo de conseguir mayores ventas del producto o servicio y obtener las máximas ganancias.
¿Qué hace que un anuncio sea especial, y cause impacto sobre nosotros?
Es por todos sabido que en nuestro día a día nos están bombardeando constantemente con anuncios publicitarios y otros elementos del marketing que influyen y causan nuestro comportamiento consumista.
Para responder a esta pregunta, la psicología nos enseña 3 cosas muy importantes que pueden hacer que nuestro anuncio publicitario sea todo un éxito o un verdadero desastre:
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Las emociones como principal motor
El mundo de las emociones es muy complejo, pero al mismo tiempo es una fuente insaciable que condiciona nuestra toma de decisiones, ya que éstas incitan a los clientes a actuar, a comprar, y a seguir ahí para obtener beneficios a largo plazo. Podemos tener el mejor producto del mundo, pero si no llega al corazón del consumidor, no tendremos ningún éxito de ventas. El uso como estrategia competitiva del marketing emocional permite crear una identidad de marca y gestionar la experiencia de los consumidores.
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La búsqueda de la felicidad en el consumo
Existen numerosos estudios que apoyan esta premisa, afirmando que encontramos la felicidad en el consumo de productos y servicios que no son básicos, y por tanto nos sacan de la monotonía. Podemos destacar de entre ellos los enfocados en la belleza, entretenimiento, nuevas experiencias y sensaciones, etc.
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El poder de la nostalgia
La alusión al pasado y a la infancia, y todo lo que recuerde a ello, es siempre bienvenido. El vender la emoción infantil y el disfrute relacionado con ella, puede ser un punto clave para poder tener un gran éxito en nuestra campaña.
Pero, ¿son los anuncios los únicos en los que ha influido la psicología?
Aunque hablamos de anuncios, este no es el límite de la relación entre la psicología y la publicidad, ya que existen otros componentes que influyen en la persona a la hora de decidirse a consumir un producto o servicio
Hoy en día, también inciden otros aspectos, como el envase, la colocación en las tiendas, los componentes, y concretamente en el caso de los productos, el precio o el color que se les da. Estos aspectos deben ser objeto de estudio e investigación desde la psicología para favorecer el éxito de una campaña publicitaria. Unos de los mejores ejemplos es la influencia en la publicidad y el marketing de la psicología del color.
Esta rama está muy relacionada también con el mundo de las emociones, ya que el ser humano asocia cada color con un significado según el efecto que causa en la percepción y la conducta humana.
- El uso del amarillo simboliza la felicidad, diversión, y simpatía, muy usado a menudo para productos con un enfoque optimista y juvenil, ya que nos recuerda a la luz del sol y por eso estimula nuestra mente, cuerpo y emociones. Además, es un color muy eficaz para llamar la atención porque estimula la actividad física y mental, lo que hace que sea usado a menudo para capturar la atención en la venta del comprador. Un claro ejemplo son las pegatinas de “Bajada de precio” que usa Mercadona para dar salida a los productos que tienen fecha de caducidad próxima.
- Los rojos son colores muy intensos a nivel emocional, ya que llaman mucho la atención y son sinónimo de fuerza y energía, ya que aumenta las pulsaciones y genera urgencia. Es muy usado en ventas de liquidación, como, por ejemplo, los carteles de “Rebajas”.
- Los tonos azules son empleados habitualmente para generar sensación de seguridad y confianza, por eso no es de extrañar que sea un color propio del sector bancario y de la salud, o de muchas marcas tecnológicas. Unos buenos ejemplos son el uso de este color en marcas y empresas conocidas como.
- El verde es un color asociado a la riqueza, pero también trasmite la sensación de calma y es el color de la naturaleza por excelencia. Este color es procesado por nuestros ojos con gran facilidad, y por ello, se suele usar también en las tiendas para relajar. Hay grandes ejemplos en productos relacionados con la naturaleza y la jardinería.
- El color naranja es un color vital asociado con la juventud y la diversión, aunque también es un color agresivo que llama a acciones como: suscríbete, compra o vende. Un ejemplo pueden ser los carteles de bajada de precio de Lidl.
- Los tonos rosas representan dulzura, inocencia, delicadeza y feminidad. Por esta razón, es muy usado para productos románticos y femeninos, sobre todo en marcas para vender productos para mujeres y chicas jóvenes. Por ejemplo, productos de higiene íntima para mujeres o muñecas.
- El negro es un color que suele transmitir sensaciones negativas y relacionadas con la muerte, algo que no es de gran agrado. No obstante, también es tomado como un color poderoso y elegante, muy utilizado para vender productos de lujo. Un claro ejemplo es la prestigiosa marca de Chanel.
- Los tonos púrpuras simbolizan la ambigüedad por ser el resultado de la combinación del rojo con el azul, lo femenino con lo masculino. También es un color relajante, para aliviar y calmar, muy usado en productos de belleza o antiedad. Un buen ejemplo es la gama antiedad sacada por Yves Saint Laurent.
- Por último, y no menos importante, el color gris es uno de los más neutrales de la lista. Es un color muy utilizado en la tipografía de un logo, ya que su carácter imparcial se complementa muy bien con la mayoría de los colores. Asimismo, puede verse representado en marcas de tecnología o coches, puesto que pueden trasmitir la sensación de metalizado o cromado. Unos grandes ejemplos son los usados por Apple o marcas de coche como Mercedes, Audi, Jaguar o Nissan.
A continuación os dejo un vídeo de interés sobre el tema en este enlace.
Y, por último, ¿qué estrategias nos puede aportar la psicología para que nuestros productos y servicios sean un éxito?
Conociendo las características y los actos de consumo de las personas, permite a esta ciencia desarrollar estrategias que pueden ejercer mayor persuasión e influencia sobre ellas. Cuántas veces has entrado a mirar y has terminado con media tienda en el carrito.
La psicología enfocada a la publicidad y el marketing se nutre principalmente de cuatro estrategias principales para lograr que el consumidor actúe como tal:
- Mecanicista: con esta estrategia busca condicionar a las personas por medio de la repetición de un mismo eslogan o imagen, persiguiendo así, una consecuente reacción de compra. Un claro ejemplo, son los anuncios de juguetes durante las campañas de Navidad o la cartelería que podemos encontrar por todos los centros comerciales con la palabra “REBAJAS” en esa época.
- Persuasiva: pretende colocar un producto por encima de sus competidores. Además, otorga información sobre sus características o atributos, y los compara favorablemente con el resto. Para ello, se nutre mayoritariamente de la creatividad y la intuición personal.
- Proyectiva: centrada en los modelos, la cultura y los estilos de vida de los sujetos a los que queremos que vaya dirigido el producto. Dentro de esta estrategia entra el canal por el que se trasmite el producto o servicio, ya que, por ejemplo, si queremos vender un producto a público joven será muy común que el mismo aparezca en Internet en lugar de en un periódico.
- Sugestiva: esta estrategia se nutre de técnicas psicoanalíticas para indagar en lo más profundo del ser humano, y para ello, se centra en la ansiedad, el miedo, la angustia y el estrés del usuario para poder atraerlo mediante la generación de un “producto mágico”. Un claro ejemplo, es el anuncio de AXE que salió hace unos años, donde el chico era rodeado por mujeres justo después de utilizar esta marca de desodorante.
En definitiva, la psicología como ciencia del comportamiento ha hecho grandes aportaciones a al mundo de la publicidad y el marketing, haciendo que se conviertan en la perfecta conjunción para poder mejorar las ventas.
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