En general, cuando nos avocamos a la tarea de crear un nuevo sitio web, nos centramos casi exclusivamente en aspectos de diseño y estética visual, y si bien es algo fundamental, existe una contraparte de funcionalidad que debemos tener en cuenta.
La etiqueta: “contraparte” se debe a la relación inversa que suele tener con la parte estética. Por supuesto que estamos hablando del rendimiento, el cual incluye tres características fundamentales:
- Velocidad (alta)
- Tiempo de carga (bajo)
- Conectividad (estable)
Las primeras dos características (velocidad y tiempo de carga) son inversamente proporcionales, por lo que una influye sobre la otra. Pero de todos modos se tratan por separado, porque se pueden hacer ajustes de forma individual.
¿Dónde reside la responsabilidad de tales características?
Esta pregunta puede llegar a ser técnicamente bastante amplia, puesto que el proceso por el cual un visitante accede a un sitio web incluye una serie de intermediarios. Si alguno de estos falla, puede alterar alguna de estas características.
De todos modos, y de forma simplificada, nos centraremos en nuestra parte (el propietario del sitio web) y el proveedor del servicio de alojamiento web (también denominado hosting)
Nuestra parte:
La primera parte está relacionada con los tiempos de carga, puesto que somos los responsables directos del contenido que subimos al servidor y, por lo tanto, tenemos que prever de no excedernos en cantidad de información y recursos visuales, los cuales tomarán más tiempo para ser descargados en las máquinas de los clientes.
Esta característica no se trata únicamente de cuestiones relacionadas a la paciencia de los visitantes (que sin duda abandonarán tu página web si demora más de lo esperado) sino también de que sea un parámetro directo de los algoritmos SEO (Optimización en Motores de Búsqueda). Visto de otra manera, altos tiempos de carga implican que tu sitio descenderá de posiciones en la búsqueda, perjudicándote directamente.
De aquí es donde proviene el origen del minimalismo en la web. La idea de que el aspecto visual sea lo más escueto posible se convirtió en tendencia por los costos computacionales que implicaba el modelo predecesor de alto realismo y detalles visuales. Ya puedes ver que el diseño tiene más relación con lo económico que con lo artístico.

El proveedor del servicio:
Aquí entramos en un mundo más técnico y complejo, pero no por eso vamos a dejar de analizarlo de forma simplificada.
El proveedor es responsable del funcionamiento del servicio, la estabilidad de la conexión, la velocidad y el ancho de banda según el contrato entre las dos partes. Además de la disponibilidad que suele ser prometida con un indicador estadístico o promedio en porcentajes (tiempo en línea)
Por supuesto que, en un servicio de hosting compartido, los demás usuarios también influencian el rendimiento de tu sitio web, porque se comparten los recursos computacionales. Aún así, es responsabilidad del proveedor implementar los límites indicados para cada cliente y evitar esta influencia negativa.
Además, hay un factor que afecta directamente la estabilidad y la disponibilidad, se trata de la confianza. Podrás preguntarte cómo un aspecto enteramente psicológico o personal puede afectar un aspecto técnico.
La respuesta a la pregunta anterior radica en el hecho de que la tecnología completa de intercambio en un medio público como internet, requiere la confianza de los interesados. Además, existen listas negras donde se ubica a los servidores que violan algún principio o han sido utilizados con fines maliciosos o fraudulentos, por lo si tu proveedor no controla correctamente la actividad de sus clientes, pueden verse afectados todos los demás.
Entonces, ¿cómo podemos controlar estas características? La respuesta es bastante simple, contratando un proveedor de confianza y un plan de alojamiento que se adapte a nuestras necesidades. Para lo cual, conocer nuestras necesidades de antemano es fundamental para llevar a cabo esta tarea exitosamente.
Los visitantes:
Una vez analizadas las necesidades del proyecto, no debes olvidar las de los visitantes. Esto es algo clave desde que satisfacerlas correctamente marcará la diferencia entre el éxito y el fracaso sea cual sea tu proyecto web.
Aunque sus necesidades están más relacionadas con características de diseño, usabilidad e interfaz amigable, estas no dejan de ser importantes. Por ejemplo, Google ya indicó que más del 50% de las búsqueda se realizan desde dispositivos móviles, una tendencia difícil de ignorar (puesto que es más de la mitad) por lo que incluir diseño adaptable a cualquier tamaño de pantalla o versión para dispositivos móviles resulta más que obligatorio.
A partir de este enfoque basado en responsabilidades, parámetros y características tendrás todas las perspectivas que hacen falta para no cometer errores groseros al lanzar tu propia web. Tendrás varios elementos con los que lidiar y hacer un compromiso entre visual, rendimiento y costo. Como último consejo, puedes implementar alguna plataforma de analítica de datos para poder medir estos parámetros y tomar mejores decisiones basadas en información irrefutable.