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Vamos a comenzar desde el principio, explicando por encima qué significa exactamente rootear un terminal móvil con Android. Significa, básicamente, modificar el sistema interno del teléfono para poder hacernos con el control total del mismo, permitiendo instalar aplicaciones personalizables que no tienen por qué ser oficiales. En principio no es peligroso, aunque conlleva un riesgo si no sabemos bastante del tema (y podríamos acabar con la garantía del Smartphone en un suspiro).
En cualquier caso, la pregunta que muchos se hacen es si es ilegal. Lo cierto es que no, ya que la ley persigue (cada vez con más contundencia) la circulación gratuita de una licencia u obra que exige un pago. Es decir, que una vez hayamos adquirido un Smartphone y pagado por él, somos libres de realizar cualquier tipo de modificación.
Pero lo que tiene que quedar claro es que si esta modificación se realiza sin ánimo de lucro, no tendrá problema legal, pero si por el contrario el fin es el de adquirir un producto de forma gratuita (cuando tiene un coste económico), ya es otra historia. Aun así, lo que sigue siendo ilegal es la adquisición de dicha obra, no el root en sí.
Entonces, ¿es ilegal distribuir o crear herramientas que permiten y facilitan el rooteo de un Smartphone? Pues en principio tampoco. Aun malinterpretando el artículo penal sobre el que trata este tema, no existen denunciantes interesados. Tanto es así que algunas compañías incluso ayudan a la evolución del root (con fines de investigación).
Por lo tanto podemos concluir: no es ilegal. ¿Pero es realmente ético? Depende de cada uno, puesto que se puede usar para la personalización del teléfono, por ejemplo, eliminando esas aplicaciones que vienen de fábrica y no podemos desinstalar (y esto de inmoral no tiene nada). No estamos distribuyendo absolutamente nada y, para que quede aún más claro: ¿Es ilegal poner un alerón a tu coche? Pues eso.
