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En comparación con otros deportes, el fútbol es uno de viejas costumbres y anclado en el pasado que precisa de la tecnología para adaptarse a los tiempos que corren. Así lo han entendido competiciones como la Bundesliga, la Serie A, la Ligue 1 y la Premier League, es decir, las más importantes a nivel europeo, a excepción de la española.
Hay errores arbitrales que pueden marcar una temporada y el cometido en el duelo vivido entre el Valencia y el Barcelona en Mestalla puede ser uno de ellos porque el conjunto ‘ché’ sigue a solo a cuatro puntos del azulgrana en la LaLiga Santander y sus opciones en las apuestas al título cotizan ahora de manera más significativa que antes de este enfrentamiento directo. Los colegidos no dieron por válido un tanto legal de Leo Messi que, de haber subido al marcador, hubiera dado la victoria al Barça y, por tanto, los tres puntos para abrir brecha con su más inmediato perseguidor. Fallos humanos de este tipo hacen necesaria la implantación del sistema tecnológico conocido como VAR por sus siglas en inglés (Video Assistant Referee), pero no será hasta la temporada 2017/2018 cuando se implante definitivamente en el campeonato español, con cierto retraso con respecto a las demás grandes ligas europeas.
Habrá que esperar por el Ojo de Halcón
El VAR concederá a los árbitros una visión periférica de la que carecen en la actualidad para evitar, entre otras cosas, en el futuro los conocidos como goles fantasmas como el que se le anuló a Messi en Mestalla. A lo largo de la próxima temporada, los campos de la máxima categoría deberán habilitar una sala con pantallas desde donde un asistente analizará con distintos monitores el partido y podrá trasladar al colegiado principal su dictamen, siempre y cuando éste último crea necesaria su intervención. En total, se podrá aplicar en cuatro circunstancias: para verificar si es gol, para valorar si se ha producido un penalti, para asegurarse del color de una tarjeta y para conocer la identidad del infractor de una acción polémica.
Sin embargo, esta tecnología no vendrá acompañada del ‘Ojo de Halcón’. Al contrario que en otras competiciones, solo se implantará uno de los sistemas tecnológicos de última generación, por lo que no se acabará con todos los goles fantasmas. Una simple instantánea en un monitor sirve para darse cuenta de que el tanto de Messi debió subir al marcador. El problema radica cuando se hace necesario el medir mediante la informática la distancia exacta del balón con respecto a la línea de cal, un recurso que ofrece el ‘Ojo de Halcón’ pero no el VAR. Su ausencia se debe a una cuestión económica porque ni la RFEF ni la LFP quieren asumir los cuatro millones de euros que pide la FIFA por homologar su patente.
En otras palabras, la llegada del VAR no asegura que la polémica deje de ser el eje de los chascarrillos. La FIFA, siempre reacia a este tipo de instrumentos, dará un paso tecnológico en el Mundial de 2018, que podría ser definitivo para que LaLiga apueste también por el ‘Ojo del Halcón’ en un futuro.
