Los cables USB están fabricados para ser rotos. Vale, no es para tanto, pero lo que sí es cierto es que siempre acaban rompiéndose por el mismo sitio: la unión entre el cabezal y el cable. Es natural, por otro lado, ya que su uso supone tirones constantes al ser desconectados. Pero al parecer, este problema ha llegado a su fin con Snakable.
El concepto es muy, pero que muy simple: un cable USB cuyo final se diferencia de los demás con una curiosa forma que recuerda a los anillos de una serpiente (de ahí su nombre). ¿Y qué permite esto? Pues para empezar que pueden ser doblados sin necesidad de romperse.
Gracias a esta nueva forma, los huecos entre “anillos” permiten dobleces sin riesgos. Por otro lado, amortiguan de la misma forma los tirones y, posiblemente, sean más resistentes a pisotones y demás. Lo único que sigue sin solucionar es el problema de que nuestros perros se los coman, tenlo en cuenta.
De momento su creador está buscando inversores “de a pie”, vamos, usuarios y no empresarios. El precio para ellos será de unos veinte dólares, y el precio de salida oficial de treinta. Seguramente te parezca un poco caro, y seguramente lo sea, pues no deja de ser un simple USB. Pero un USB que no se rompe, mucho más longevo.
La idea inicial es crear un USB normal, un micro USB y un cable específico para iPhone. Vendrá con un estuche y en varios colores, desde el clásico negro hasta el naranja, así como el blanco para imitar al original de Apple.
Posiblemente esta patente deje de ser patente y acabe adaptándose a todos los cables USB, y entonces no tendremos más remedio que comprar nuestros USB serpiente sí o sí. Tiempo al tiempo.